Puestos a compartir, que sean sonrisas.

sábado, 2 de junio de 2012

Despertar de un sueño

Pienso en sus palabras y en mi sangre helada tras escucharlas.
"Sueño cada noche que nos queremos... y que soy feliz, muy feliz. Pero cada mañana me despierto, no podía ser de otra manera y el primer pensamiento del día es el portazo que dio al marcharse. Cada noche vivo y cada mañana muero. Ni siquiera hace falta que me intoxique con el café, ni que el aire que respire esté contaminado.
Muero al abrir los ojos. Cada mañana. Una y otra vez.
No sé cuánto tiempo llevo así, no sé cuantos portazos he tenido que soportar ya...
En la cama me tapo hasta las orejas; cuantas más mantas mejor, aunque sea inútil, como un niño que tiene miedo de un fantasma. Sólo que el fantasma vive ahora dentro de mí.
Aguardo y espero a que pasen las horas. Intento mantener los ojos abiertos. Porque realmente me da miedo quedarme dormida y tener que soportar un portazo más."
Recuerdo que yo también rogué y supliqué a Morfeo que protegiera mis sueños de aquel fantasma. Ni caso. Ah sí... cómo dolían aquellas mañanas.


¿El olor de cuántas tazas de café me han despertado desde aquel momento? Entonces aprendí que los fantasmas, al contrario de lo que se cree, no son inmortales.


Suena el despertador. Esta vez no ha sido un portazo, pero la puerta está igualmente cerrada.
Sólo unos minutos más, por favor. Desde la ventana de mis sueños puedo ver una Luna llena preciosa...





No hay comentarios:

Publicar un comentario