Esta vez es diferente. No busco desesperadamente el calor de otros brazos cualesquiera. Ni el sonido de un corazón que lata, aunque no sea por el mío.
Me basta con la fuerza de mis brazos. Me basta con la firmeza de mi pecho.
Me basta con mi respiración acompasada a mi vida, que en realidad, ya es mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario