Puestos a compartir, que sean sonrisas.

jueves, 27 de septiembre de 2012

La perfección

¿Has sentido alguna vez la perfección en la piel?
Y no sólo en la piel; muchas capas más adentro también. Profundo, muy profundo. Desde lo más hondo, emergiendo a través de cada poro, cubriendo cada célula de la piel, acariciando cada vello hasta la superficie más externa... ¡Igualmente por el camino contrario! Hundiéndose tan dentro de mí, regando cada rincón, empapándome en ella.
Igual que la suave lluvia cala la tierra. 

Es la perfección. Es esa sensación de que todo está en su lugar, que todas las fuerzas del universo fluctúan y están a tu favor. 
Un mundo perfecto.

Un momento de raciocinio, un momento para bajar de la nube y analizarla desde el suelo... ¿Acaso desde el cielo se pierde la perspectiva de la contaminación que sufre la sociedad en general?

Pero es que yo no hablo de la perfección de un cuadro torcido en la pared. Hablo de no reparar siquiera en la inclinación. Efectivamente, desde el cielo se pierde la perspectiva. No sé lo lejos que queda el suelo. Pero tampoco me importa.

Una droga sana, de efecto placebo. 

Hablo de estar ciega. Ciega de amor.


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